domingo, 6 de mayo de 2012

Biografías no autorizadas II: Eduardo Lopez Pisano. El hombre que despreciaba las pompas y las vanidades.

EN EL CENTENARIO DEL NACIMIENTO DEL PINTOR TORRELAVEGUENSE EDUARDO LOPEZ PISANO, 
DEL ESPRESIONISMO A LA ABSTRACCIÓN LÍRICA Y LUMINOSA.


En estos días se ofrece en Torrelavega una excepcional oportunidad de recordar, recrearse o conocer la obra pictórica de este torrelaveguense que pasó gran parte de su vida en París, en el barrio de Montparnasse. Aunque regresaba a su tierra esporádicamente,  fue a partir de la mitad de los 70 cuando aumentó la frecuencia de sus visitas a su ciudad natal, hasta conseguir que fraguara su objetivo, el de restablecer la Escuela de Artes y Oficios, donde el y de niño, competió aula con otro ilustre, Hermilio Alcalde de Rió. Hoy la Escuela de Artes de Torrrelavega, lleva su nombre 'Eduardo Lopez Pisano'. 
Son dos las exposiciones sobre Pisano: entre el 27 de abril y 10 de junio de 2012, en la Sala Municipal Mauro Muriedas, de esta forma y no se si intencionadamente o por azar, se junta el pintor con el, también artista, Muriedas, cuyo hijo, Mauro, escribe en el catalogo editado al efecto.  Al tiempo y también en Torrelavega, en el CN Foto y en las mismas fechas, se puede ver otra parte de su obra.
En Santander y entre el 2 de mayo y 10 de junio de 2012, también se rinde culto a este artista en el Parlamento de Cantabria

                                                                                                          Autorretrato


El hijo de su amigo Mauro, Mauro Muriedas Echaves, escribe en el tríptico que anuncia las exposiciones el artículo titulado 'La casa de las flores', cuya lectura recomiendo, en el que resume de manera magnifica y literaria su trayectoria vital y artística y del que extracto algunos párrafos: ... Nacido un dos de mayo, en la paz del caserío paterno del Alto de San Bartolomé, cuando florecen en su vergel las flores de mayo... 
Sin embargo en no pocos episodios de su azarosa biografía (guerras, holocaustos, cautiverios, exilios y penalidades sin tregua), Pisano, viva reencarnación de los descamisados de la epopeya goyesca, se nos aparece como un antiheroe, víctima de la violencia y la barbarie del convulso siglo XX. Para conjurar tanta desdicha y mitigar los estragos de la melancolía regresaba con el pensamiento una y otra vez  a su arcadia feliz. al jardín de las delicias, a la casa de las flores, de la que nunca se fue del todo...
Consagrado por entero a la pintura, no dejaba de acudir un solo día a su taller... Durante cuatro décadas, el hijo del floricultor de Torrelavega trabajó sin descanso en aquello que más amaba: la Pintura.


Eduardo López Pisano, pintor nacido en Torrelavega -Cantabria- el 2 de mayo de 1912, fue el último de los hijos del matrimonio formado por Eduardo López (florista y horticultor) y Joaquina Pisano (ayudante de su esposo en la confección de arreglos florales y coronas mortuorias), completando el cuarteto junto a sus hermanos José, Manolita y Mercedes.
Falleció a los 74 años en la ciudad donde se hizo artista y pasó la mayor parte de su vida, en París el 18 de abril de 1986.



Se formó en la Escuela de Artes y Oficios de Torrrelavega, siendo director de la misma Hermilio Alcalde del Rió del que dijo tener una admiración sin límites, trasladándose con 18 años a Madrid, en 1930 para estudiar artes gráficas, acompañado de su gran amigo Mauro Muriedas.
Realizando el servicio militar, le sorprendió la Guerra Civil,  fue soldado republicano, expulsado de su país en 1939, inquilino de los campos de refugiados franceses, trabajador forzado, sometido por las tropas en tiempos de la ocupación francesa por los nazis, tuvo que trabajar en la construcción del muro atlántico,  recuperando la libertad en Burdeos y se  e instaló en Arcachons para establecerse tras la liberación de Francia en 1945, en Montparnasse, París.


Pisano fue miembro de la Escuela de París, formada por un grupo heterodoxo de artistas que trabajaron en en el periodo de entreguerras, vinculados a diversos estilos artísticos como el posimpresionismo, el expresionismo y el surrealismo. 
Fue el encuentro de una gran variedad de artistas, tanto franceses como de otros países del mundo, que residían en la capital francesa en el intervalo entre las dos guerras mundiales. 
En aquella época París era un fértil centro de creación y difusión artística, tanto por su ambiente político, cultural y económico, como por ser el origen de diversos movimientos de vanguardia como el fauvismo y el cubismo, y lugar de residencia de grandes maestros como Picasso, Braque, Matisse y su discípulo japonés Yoshio Aoyama, Léger, etc. 
También era un notable centro de coleccionismo y de galerías de arte, al tiempo que de encuentro y figuración de artistas de todo tipo, gentes del espectáculo y demás, como se puede observar en la foto.

La imagen superior recoge el momento de la inauguración de la muestra conjunta de Pisano (primero por la derecha)  y M. Pelayo, en la Galería Jacques Vidal en 1967, en la que se encontraban artistas como Salvador Dalí, Brassal y Vidal entre otros.

Llegó a París sin dinero ni recomendaciones, deambulando a lo largo de la rotonda de Vavin, pasa frente al Döme que frecuentaba Unamuno y según podemos leer en el cuadernillo editado para esta exposición, con una profusa biografía sobre el pintor torrelaveguense, llegó despojado de pertenencias, viéndose forzado a pasar sus primeras noches bajo los puentes, durmiendo con los vagabundos en esta zona parisina conocida por aquellos jóvenes, como el cruce del hambre, lugar donde Eduardo Lopez Pisano aprendió la vida de bohemio.



Sin un céntimo en bolsillo, consiguiendo sobrevivir pintando desnudos absolutamente desbaratados, lo que al venderlos clandestinamente por las terrazas de los cafés, le permitió instalarse en una habitación miserable de no mas de 10 m2, con un camastro, un lavabo, una estufa y su caballete, en la planta baja del numero 33 de la calle Vecingétorix, calle que ya había visto pasar a ilustres predecesores, como Rousseau, Pablo Gargallo o Julio Gonzalez.








 La obra de Pisano y a pesar del contexto en el que se movía, no perdió nada de su carácter hispano, ni estaba influenciado por la idiosincrasia parisina.
Tuvo que pasar un cuarto de siglo para que, a finales de la década de los 70, cambiara el expresionismo de sus inicios por una abstraccion lírica y luminosa.


Fue a partir de los años 70 cuando Pisano regresó a Torrelavega con mas frecuencia, insistiendo en la idea de refundar una nueva Escuela de Artes y Oficios, impulsando en 1978,  la creación de la Escuela Municipal de Arte, a la que posteriormente se denominó ''Eduardo López Pisano''.
El final de su vida lo relata admirablemente Mauro Muriedas Echaves: ... En los últimos años, viajaba con el alba en un tren que le trasladaba desde Enghen le Bains, un tranquilo pueblecito donde vivía con su mujer, la cubana Amalia Arevalo, hasta su lugar de trabajo en Montparnasse. Hasta que un mal día de abril ''disfrazado de Noviembre''  llegaron malas noticias de París. El pintor de las flores y de las frutas había fallecido el 18 de abril de 1986 en el hospital de Montmorency, a los 74 años, a causa de un proceso bronquial. Sus restos yacen en el cementerio de Enghen les Bais. 
Una maceta con geranios y una cruz negra con una escueta inscripción *Eduardo Lopez Pisano* velan el sueño eterno del hombre que despreciaba las pompas y las vanidades.  

De Eduardo Lopez Pisano han dicho ...


 
Emilio de Mier:  Pisano fue un hombre cautivado por la palabra. Paradójicamente, quien tanto dijo con el gesto, supo, con pasión apasionada, de la expresión y del énfasis del verso. Y de entre todas, sobremanera,  de la palabra dicha, recitada, hecha trova y sonido al socaire de la conversación y los murmullos. ...  Eduardo, gabardina a los hombros, puro en la boca, parpadeo constante, índice sugerente y callado para sus piernas andarinas, nos mira y sonríe. Con profunda melancolía, con innegable lucidez, como una sombra tiernamente encorbada, se pierde tras el portal que conduce a la casa de los suyos... (Mayo 1986)




Aurelio G. Cantalapiedra:  ... La visita a París de algún conocido común a las noticias familiares, nos hacían saber que vivía, que pintaba; alguna pequeña muestra de su pintura llegaba a nuestras manos; cada una era confirmación de una lucha que presentíamos. Los payasos de sus cuadros hacían llorar mas que reír; los toreros nunca parecían destinados a alcanzar la gloria en su oficio; las mujeres empolvadas de colores violentos en su maquillaje, también nos hablaban de una triste felicidad.
Eduardo volvía a veces a Torrelavega y lo hacía con la risa abierta, con pasión en la relación con los amigos, delatada por la alegría provocada en el encuentro.







Pablo del Río Gatoo:  ... una de las facetas del artista torrelaveguense fue su gusto por la poesía. Se entusiasmaba recitando con sorprendente memoria a diversos autores. Al Alberti de la primera época, de García Lorca le dominaba casi al completo. También podía recitar a los Machado, Miguel de Unamuno...
Años después, Pisano conducido por el cariño profundo que sentía por Torrelavega y en su deseo de reparar el vacío que se produjo con la desaparición de la Escuela de Artes y Oficios, consiguió reunir a su vera a un calificado 
equipo de artistas. Con la valiosa ayuda del Ayuntamiento de la ciudad y de algunos protectores, pudo funcionar la Escuela Municipal de Artes, la cual, desde 1978, desarrolla con satisfactorio resultado, sus enseñanzas entre un numeroso alumnado.
Cuajó así, lo que ha de ser considerado otro de los amores espirituales de Pisano... (abril 1986)



Anne Egger; ... El pintor nunca buscó honores  ni riqueza. Nunca se clasificó dentro de ninguna escuela ni corriente, únicamente  en la de las Bellas Artes. Para el, la pintura debe bastarse por sí misma. Rechazaba toda explicación literaria, poética o filosófica. 
Escribía: "¿Que pienso de mis pinturas? Nada. En la medida en que el arte pertenece al dominio del espíritu, yo estoy a la búsqueda de lo que es bello y, no sin cierta pretensión, me esfuerzo en expresar y en dejar algo que perdure en el lienzo".
 ... Más allá de un motivo, quedan los tres elementos más importantes de su arte: la luz, el color y el ritmo.
... La pintura de Pisano está atravesada por un fluído vital que intenta expresar el alma de la naturaleza.
... En Pisano,  pintar es una manera de regenerarse, más que una manera de amar.  ( Musée du Montparnasse- Abril 2012- Catalogo de las Exposiciones de Torrelavega y Santander)

 ¿Como recuerdo yo a Eduardo Lopez Pisano? Ha pasado mucho tiempo desde que coincidiera con el en varias ocasiones, en la Cafetería Sago, cuyo propietario era el también artista, grabador y pintor, José Gomez, en los soportales de la Plaza Mayor de Torrrelavega, a donde acudía practicamente cada noche que pasaba en su ciudad, lugar en el que nació precisamente la Tertulia Sago de pintores y artistas. 


Pisano era un trasnochador, costumbre adquirida en París y su llegada a la cafetería era sobre las 10,3o de la noche y la salida, depende, podía pasar con seguridad de la una de la madrugada y era un tertuliano vivaz e interesante, al que todos escuchaban, al que mas de una vez y desde la esquina de la barra, le escuché recitar a Machado, Lorca o Alberti. Tenía una gran memoria y buenas dotes para declamar poesia, algo que relata muy bien, Emilio de Mier en su escrito publicado en mayo de 1986, tras concer la notícia de su fallecimiento.
Pero, aparte de esto,  su figura elegante, siempre vestido de traje con chaleco y corbata, cerca de la cafetería estaba el establecimiento de su sastre y amigo, Gregorio, habitual de las tertulias, sobre todo cuando llegaba la temporada del salmón y Jose nos preparaba unas exquisitas rodajas. 

Una de las características de su forma de vestir, era  el llevar la gabardina o el abrigo, sobre los hombros y un puro entre sus dedos. Costumbre que venia de atrás, como he podido comprobar esta  de París, de 1967. 
Sí, era una figura elegante. 
Elegancia que Ángel de la Hoz veía de otra forma y decía: Eduardo tenía el aspecto jaque de un torero antiguo, un torero de luto por mil toros muertos bajo la mirada de Paco Goya. Y,- además y sobre todo- era un hombre que daba y se daba con la elegancia del que se sabe rico de afectos, millonario de amistad.

Alguna entrevista le hice y el tema principal, pues del pasado difícil del exilio, campos de trabajo forzados y el destierro era agua pasada y eran temas que no le gustaba tratar, pero sí su proyecto, a punto de hacerse realidad, de la Escuela Municipal de Arte, de lo que llegaba a hablar con pasión desbordada, evocando los tiempos de joven en los que se inició en el arte con Alcalde del Río.

Es una oportuna exposición, la del centenario de su nacimiento, y desde luego la mas importante por el numero de obras expuestas que abarcan toda su trayectoria. Recomendable su visita.
                                            

Referencias para este artículo tomadas de Jean Cassou, "Panorama des arts plastiques contemporains, Gallimard, Paris, 1960"; Nadine Nieszawer, « Peintres juifs à Paris, 1905-1939. École de Paris », Martinez Cerezo, Emilio de Mier Perez, A. García Cantalapiedra, Pablo del Rio Gatoo en "Torrrelavega a Pisano, -1986- Entre dos Luces"; Mauro Muriedas Echave, "La casa de las Flores", abril 2012; Anne Egger y Eric Licouys, catalogo Musèe du Montparnasse/Arcadia Èditions; abril 2012.


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